Literatura Ecuatoriana
La literatura ecuatoriana se ha distinguido por ser fundamentalmente
costumbrista y, en general, muy ligada a los sucesos exclusivamente nacionales,
con narraciones que permiten apreciar cómo es y se desenvuelve la vida del
ciudadano común y corriente.
La literatura del Ecuador es una desventajada lucha de voluntarios en contra de la escasa cantidad de lectores que existe en el país, pero a pesar de ello, esta sobrevive y fortalece en la lucha.
No todo lo que es literatura ecuatoriana comienza con la llegada del español y el inicio del proceso del mestizaje, complejo y de ricas resonancias culturales. Hubo sin duda una literatura anterior a todo aquello. Era impensable que pueblos que tanto desarrollo tuvieron en lo económico, social, militar, político y cultural hubiesen carecido de literatura.
De lo que esas gentes que poblaron los territorios que serían más tarde la Audiencia de Quito y hoy, aunque tremendamente disminuidos, son la República del Ecuador carecieron fue de escritura. Y, al ser la escritura la manera de fijar y trasmitir fielmente las manifestaciones literarias, esa literatura difícilmente rebasó ciertas fronteras de espacio y tiempo.
Pero sí las rebasó, porque tuvo maneras de fijarse y trasmitirse. Los pueblos sin escritura compensan esa carencia con recursos especiales. Son los de la tradición oral, que también tienen sus maneras de dar a ciertos textos especialmente valiosos o importantes la fijeza que les asegure su permanencia en el tiempo y el rebasamiento de los ámbitos espaciales en que fueron dichos.
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